martes, 28 de octubre de 2014

Habas con almejas / Fabas con ameixas



Las recetas de mi madre/As recetas da miña nai

A la gallega presenta una deliciosa y sencilla receta asturiana con almeja babosa de las rías gallegas y la famosa “faba” de la comarca lucense de Lourenzá

Bó proveito!




Ingredientes  
para cuatro personas


1/2 kg de habas/alubia blanca
250 gr de almejas babosa
1 cebolla
2 dientes de ajo o uno grande
1 cucharada pequeña de azafrán
1 cucharada de perejil picado
1 taza de aceite de oliva 
Sal


Preparación

Dejar las habas/fabas en remojo durante 12 horas. En una sartén se fríen cebolla cortada fina y ajo en láminas. Se añaden las almejas limpias y se dejan reposar a fuego medio hasta que se abran. En una olla aparte con agua fría se ponen a hervir las fabas y cuando llegan su punto de hervor, se desespuma, se baja la temperatura y se deja cocer una hora a fuego medio, pudiéndose cortar la cocción con un chorro de agua fría un par de veces, para reblandecer más la textura de las fabas. Hay que tener en cuenta que hasta que las fabas estén blandas no se deben echar las almejas con el sofrito en la olla. Pasada la hora se prueba la textura de la alubia y se echan las almejas con el sofrito, el azafrán y el perejil picado en la olla, se rectifica de sal y se continúa la cocción durante unos minutos, hasta que las fabas tengan un punto mantecoso. Cuando estén listas, emplatar y servir.


Consejos

  • Si se le quiere aumentar el sabor, se le puede añadir un hueso de jamón a la cocción. 
  • Se pueden utilizar otro tipo de almejas para hacer la receta más económica, tipo chirla.
  • Se rechazan almejas rotas o abiertas, antes de cocinar se limpian bien para que desprendan la arena, si alguna de ellas no se abre con el calor, se retiran.
  • Si al picar la cebolla, lloran mucho los ojos, pasar por el grifo la cebolla sin piel.
  • Si se desea espesar la salsa, esmagar alguna de las habas al final antes de emplatar y si por el contrario tienen demasiado líquido eliminar antes de servir.
  • Se recomienda cocer las habas con agua sin cloro.
 

sábado, 18 de octubre de 2014

Hierbaluisa: El aroma de un limón en una hoja



Gallego: A verdura en outono cómea o seu dono.
Español: La verdura en octubre se la come su dueño


Hoy querría contar una escena de mi Ourense local. Yo viajaba en el autobús urbano, que sorprendentemente, desprendía un olor  fresco y agradable. El olor parecía provenir de las manos de una mujer que  portaba un manojo de hierba que manoseaba mecánicamente; a su lado uno de los pasajeros, atraído por el olor, no pudo resistir la tentación de preguntar. Se le acercó al oído y musitó algo; ella, sonriendo, contestó ‘Hierbaluisa’ y le ofreció un ramillete, recomendando que hiciera una infusión.

Si no fuera porque tenemos una de estas plantas, seguro que yo también le habría pedido una ramita. 


La hierbaluisa es una planta común no solo en Galicia. Tiene unas hojas alargadas y algo ásperas al tacto. Etsa planta puede alcanzar una altura máxima de dos metros. Sus flores son muy pequeñas y de color blanco. Al frotarlas instantáneamente se libera un delicioso aroma que recuerda a cítricos como el limón. 

miércoles, 15 de octubre de 2014

Setas en Galicia, las perlas del monte


Gallego: “Sombra de lateiro, fungos da muña no abeiro”
Español: “Sombra de pino joven , níscalos a su alrededor"

Resulta fascinante adentrarse una mañana o tarde de otoño en un bosque gallego. Piedras vestidas del verde aterciopelado del musgo, el aroma a tierra húmeda y una alfombra multicolor de hojas bajo tus pies. Pero la belleza del entorno no debe despistarnos; de entre la densa capa que tapiza el bosque surge todo un universo de vida, líquenes, hongos... y setas,  las auténticas  perlas que guardan los montes. Galicia es tierra de setas y hongos. Sus bosques autóctonos de castaños, robles y pinares albergan una gran cantidad de variedades de cogumelos (setas en gallego) y uno de los motivos por los que estos productos no gozan de tanta popularidad en nuestra tierra como en el caso de Cataluña o País Vasco, es porque desde la antigüedad las setas han sido vistas como algo peligroso, casi demoníaco. No en vano, los antiguos druidas celtas y más recientemente las curanderas de los pueblos (meigas, en gallego) las empleaban en diversos remedios y recetas, y parece ser que la Iglesia, enterada de las potencialidades de estos regalos del bosque, se afanó en satanizar su recolección y consumo a lo largo de los siglos, “no fuera a ser que los fieles perdieran el sentido común por su consumo y renegaran de las enseñanzas cristianas".




Hoy en día, y gracias al saber hacer y la divulgación por parte de las sociedades micológicas y la información disponible en un mundo mucho más globalizado, los gallegos han vuelto a mirar hacia sus bosques, recuperando algunos saberes y costumbres que habían sido relegadas al olvido. Los boletus (andoas en gallego), rebozuelos (chantarela), angulas del monte (trompeta amarela), macrolepiotas (cogordos) o níscalos (latouro, fungo da muña) han vuelto a las mesas y a las cestas de los recolectores gallegos. Y lo han hecho para quedarse.

Boletus
Rebozuelos
Angula del monte
Cómo conservar setas

sábado, 4 de octubre de 2014

La vida alrededor de una castaña


Gallego: De san Miguel a san Martiño recóllese o pan e gárdase o viño
Español: De san Miguel a San Martín  se recoge el pan y se guarda el vino



En otoño, el bosque autóctono se plaga del verde brillante del fruto del castaño y sus grandes y elegantes hojas se tornan doradas, creando una bella estampa en las redondeadas montañas de esta tierra. Galicia es tierra de castañas. Varias zonas interiores de A Coruña, Lugo y Pontevedra, además de toda la geografía de Ourense, poseen  grandes y centenarios soutos (bosques de castañosen gallego) que además representan unos considerables ingresos anuales para una familia rural. La calidad de su madera