jueves, 4 de septiembre de 2014

Mercado de Santiago, la otra catedral



GALLEGO: O cuquiño a cucar e a ruliña a rular, colle o fouciño e vai seiturar
ESPAÑOL: El cuquito y la tortolita cantando, coge la hoz y vete a segar


Entre las citas inexcusables para todo viajero, peregrino o turista que visite Santiago de Compostela existe un lugar que supera con creces lo que uno espera encontrar. Y no hablo de la monumentalidad de la Praza do Obradoiro o la fachada barroca de la catedral, por citar dos tópicos. La praza de abastos o mercado central de Compostela es uno de los lugares que mejor definen la ciudad y lo que  representa vivir en Galicia. Los arquitectos de esta instalaciones algo debían saber al respecto, porque diseñaron un conjunto de naves de una sola planta, realizadas en piedra y teja, en la que el visitante parece estar entrado en unas capillas hermosamente mundanas. Cada nave representa un sector; la nave del pescado, la del marisco, la de la carne, la de las frutas, la de las verduras, y entre nave y nave se desarrolla una vida dinámica, intensa, aunque de ritmo pausado, llena de pequeños puestos con producto local y fresco, una pulpeira que sirve raciones al momento, máquinas de venta de leche fresca, y pequeños bares para tomar un pincho o un buen vino de la tierra. En definitiva, un pequeño paraíso profano a lo largo de unos cuantos cientos de metros cuadrados enclavados en el corazón de esta ciudad empedrada y acogedora, patrimonio de la Unesco.






Y en esta experiencia de colmar sentidos, mención aparte merece uno de los locales gastronómicos de este bello mercado: Abastos 2.0. un local que podría ser otro bar más, como tantos otros que existen en una ciudad de renombre gastronómico, pero en su caso su mérito es no disponer de nevera. Efectivamente, una cocina sin un refrigerador puede sonar a imposible pero éste es una de los motivos fundamenales de su éxito. Al no tener nevera, cada día, a primera hora, los cocineros se acercan al mercado y escogen aquellos productos de temporada más frescos, y con esos productos elaboran cada día un menú breve pero muy cuidado, un sabroso listado de pinchos o tapas cocinados al momento y pensados cada día. Reinvención constante y producto fresquísimo. Éxito asegurado.


Deambular por el mercado de abastos de Santiago, charlar con los vendedores, degustar y comprar producto gallego de primera calidad no es una posibilidad en la capital de Galicia. Si vas a Santiago y te olvidas de ver al santo, todavía puedes hacerte una buena idea del lugar que visitas, pero si no pasas por este mercado, no sabrás lo que es Santiago.

La plaza de abastos también admite pedidos a través de su tienda online, realizando reparto a los habitantes de la capital gallega. Para visitar entren AQUÍ.

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