Receta de mermelada de naranja amarga
LAS RECETAS DE MI MADRE - AS RECEITAS DA MIÑA NAI
Estos ingredientes se pueden multiplicar por los kilos de naranja que dispongamos.
Las naranjas y limones se lavan, y se les corta los extremos hasta ver la carne. Después se corta en rodajas finas, que se colocan en una olla grande. Se echa el agua y se deja una noche para que la fruta se empape. Todas las semillas se deben eliminar rigurosamente, porque incluso una de ellas puede amargar mucho toda la remesa.
Al
día siguiente se separa la fruta del agua. A continuación se pesa (su
peso va a aumentar más o menos a 1,3 kg, de un kg neto que pesaba antes
de remojar las naranajas) y el agua se guarda. Se añade azúcar -
la misma cantidad que el peso de la naranja remojada, o incluso un poco
más, si las naranjas son muy ácidas-. Se vuelve a añadir el agua, que ya
ha cogido un poco de color, y se pone al fuego.
En la olla donde se va a hervir hay que dejar un tercio / un cuarto de espacio, porque la mezcla va a subir y no queremos que se salga. Una vez hierva, hay que bajar un poco el fuego, y dejarlo en medio/alto, por ejemplo al 6-7, y no tapar.
Al principio hay que remover todo muy bien para disolver todo el azúcar. Si no, se formará una capa de caramelo al fondo de la olla, que se quemará y no servirá. Una vez disuelto, ya no hace falta remover la mezcla, y tan sólo lo haremos para comprobar la densidad del agua.
Para
dar un carácter más personal a la mermelada, se puede verter un poco de
whisky, o meter una vaina de vainilla, de la que además debemos rascar
sus paredes interiores para aprovechar su deliciosos aroma.
Esta parte del proceso puede tardar una hora o más, hasta que se consiga una densidad de sirope. Entonces hay que bajar un poco más el fuego. Las rodajas de naranja se volverán transparentes y la cantidad disminuirá un tercio respecto a la cantidad inicial.
Una vez la cocción presente el aspecto de la imagen superior, se tiene que pasar la batidora para triturar todo, quitado la vaina de vainilla. La mermelada ya está lista, pero ¡ojo! tiene que envasarse antes de que enfríe, porque puede solidificar muy pronto.
Si
acaso la mermelada no cuajase durante unas horas tras el proceso, se
puede volver a verterla y calentar para disminuir la cantidad del agua,
pero esta vez sí que hace falta removerlo cada poco, porque las
partículas pequeña de la naranja pueden pegarse al fondo.
No hay mejor compañero matinal que unas tostadas de pan untadas en una rica mermelada casera. Bó proveito!
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