jueves, 11 de septiembre de 2014

La cunca: Acariciar el vino

Gallego: A cunca chea os ollos alegra
Español: La taza llena los ojos alegra

Para los amantes del vino gallego hay un objeto casi totémico en las siempre recomendables tascas y tabernas que no debería pasar desapercibido; se trata de la taza o cunca, en gallego, que es un recipiente de cerámica, por lo general de color blanco, (tono que da la arcilla blanca o caolín) y que se sostiene con la mano abierta. En ellas aún se escancian y beben los vinos jóvenes do país en muchos rincones de Galicia.


El uso de la cunca para beber vino se pierde en la noche de los tiempos y resulta difícil precisar su origen. Uno de los posibles motivos de su empleo es que el vino del Ribeiro (el original de la comarca con mayor historia vinícola de Galicia) contenía gran cantidad de éteres volátiles que producían cefaleas y migrañas, y las formas propias de la cunca favorecían su evaporación. En cualquier caso, los oleiros y alfareiros, artesanos del barro y la cerámica las dividen en tres tipos, basándose en tres características: calidad del barro, adorno y la extensión del vidriado, y cuyas diferencias se corresponden con distintas clases sociales. Así, la “cunca dos pobres” es la más antigua y está realizada en barro escamentado o pardo y se vidria solamente por dentro. Después viene el llamado “cunquelo”, una cunca de barro blanco pero lisa, y cuya superficie plana exterior puede llevar dibujos esquemáticos de tipo floral y se asocia tradicionalmente a las clases medias. Y por último, existe la “cunca dos ricos” o “escudilla”, también de barro blanco, y siempre decorada con incisiones en la superficie plana bajo el borde y que va vidriada por dentro y por fuera.
 

Uno de los usos de la cunca en la propia bodega es servirse directamente de la pipa o pipote (barril) de vino, y en caso de estar en una taberna las cuncas van siempre asociadas a los xarros o xerros (jarras) objetos de la misma manufactura que las cuncas. Aparte de los diferentes tamaños de los xarros, existen dos grandes tipos. una de las jarras (la más lisa) era para ser usada a diario,  y la otra jarra, adornada con un cordón circular con depresiones y ramitos ascendentes era la usada en los días de fiesta, y conocida como la “xarra das festas”.

Pero más allá de sus origenes, formas e historia, la cunca siempre será el icono perfecto de una taberna gallega, una manera muy gallega, muy “xeitosa”  de acariciar el vino.



¡Brindo con ella y por ella!, Saúde!

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